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Tomás Calvillo Unna

09/03/2022 - 12:05 am

El hilo del más allá

"Una huella tan sólo resta/ de esa divagación del orgullo:/ su proyección onírica que no escapa/ a la razón y su dominio".

A orillas del naufragio. Pintura: Tomás Calvillo Unna

Esta tierra que piso
es la sábana amante de mis muertos.
Aquí, aquí vivieron y, como yo, decían:
Mi corazón no es mi corazón
es la casa del fuego.

—Rosario Castellanos.

 

Dejarse abrazar por la ambrosía,
estar ahí en su impecable presencia,
juntar las palmas de las manos,
elegir una palabra
pronunciarla,
una y otra vez
hasta escuchar:
el trémulo amanecer de la razón
que se rinde
a la oración pura del silencio.

A ese vocablo de la madrugada
se ajusta la línea de flotación;
el sueño se retira
y deja
en sus escarpadas intrigas
que se desvanecen,
el fallido intento
de traducir lo indescifrable.

Una huella tan sólo resta
de esa divagación del orgullo:
su proyección onírica que no escapa
a la razón y su dominio.

Acaso nos toca esta vez
saber un poquito más
de que se trata esta ronda
de quehaceres.

Los antepasados,
sabían cruzar el abismo
y dejaron algunos apuntes
a manera de guía.

Esos escritos
en diversas lenguas
nos recuerdan el umbral que habitamos
y el dilema de cada uno
ante la solitud que irrumpe.

Estamos cargados de banalidades
y hay que sacudirlas de vez en vez,
para poder explorar a cabalidad
ese territorio,
esa geografía interior;
aprender a caminar sobre las llamas
de cada día que se incinera
llevándose nuestras tareas.

Sí, el abismo interior se asume así,
cuando acallamos las cosas de la vida
como suelen justificarse nuestras rutinas.

Este cúmulo de cenizas,
los pronombres que nos sujetan
la sociología descarnada de los verbos,
las ocupaciones y preocupaciones,
no pesan más,
al enmudecer junto a los acantilados
que los ancestros contemplaban a orillas
del inmenso mar que llevamos dentro.

Recuperar la riqueza
que la soledad de cada quien guarda;
la primigenia mirada
donde ángeles y demonios
languidecen.

Escuchar, volverlo hacer,
el inaudito poder de no tener nada.

Sólo hay lugar para despertar.

Pd: Mientras en tierras lejanas los ejércitos avanzan, aquí en el pueblo ya se adelantaron los fusilamientos.

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